Un impulso insuficiente.

Los resultados que muestra la Encuesta Trimestral de Empleo del INEC son claros, entre el cuarto trimestre del 2014 y el cuarto trimestre del 2015 no existe cambios significativos en materia de empleo en el país. Las personas desempleadas o han desistido de su búsqueda, reflejado en la disminución de la tasa neta de participación laboral o se han pasado a la informalidad, lo que también se refleja en la encuesta, con el aumento de la informalidad del empleo al 2015. Lo cierto es que tanto la cantidad como la calidad del empleo se ha venido deteriorando y el 2015 no cambia la tendencia existente.

 

Existen muchas empresas que mantienen a sus trabajadores en la categoría de empleo informal, donde no existe pago de cargas sociales, seguros y sobre todo, no se garantiza el pago del salario mínimo  ni las condiciones que establece el Código de Trabajo. Adicionalmente, a muchos desempleados no les queda otra opción que pasarse a la informalidad e intentar subsistir, realizando trabajos a destajo, por contrato y sin mediar relación laboral. El retroceso del mercado laboral y el aumento de la informalidad y del desempleo, afectan los niveles de violencia y de criminalidad, agudizan la pobreza extrema y afecta de manera significativa la convivencia social del país.

 

Ciertamente la propuesta del gobierno para impulsar la economía y el empleo son pasos necesarios pero insuficientes, el respiro económico del 2015 que ha sido producto de cerca de 800 millones de dólares que han ingresado al país gracias a la caída de los precios del petróleo, se ha reflejado en una disminución de costos y de gastos de muchas actividades económicas, lo que ha permitido mantener a tope algunos precios y tener una caída en la inflación. Sin embargo, el entorno de negocios y sobre todo, el ambiente de inversión sigue siendo débil en el país. La confianza en el gobierno es un factor clave. Al deterioro en la credibilidad y las capacidades del Estado para empujar la inversión en infraestructura, se suma las propuestas raquíticas de impulso que se dan al sistema económico.  Así las cosas, estamos perdiendo el espacio de oportunidad que la caída en los precios de las materias primas y del petróleo nos dan para reactivar la economía y para impulsar el empleo.

 

Mal asesorado el Presidente se ha enfocado sólo en las tasas de interés y no en el tipo de cambio, como instrumentos de apoyo e impulso al sistema económico. Me parece que en nuestro Banco Central, la economía se quedo en el siglo XX, solo nos faltaría que llevemos a burócratas del Banco o a administradores a dirigirlo, en vez de tener economistas que permitan darle direccionalidad a la política monetaria y cambiaria. El tema económico y el impulso que requiere la economía urge de corregir la situación fiscal y cambiaria del país y propiciar, un verdadero impulso a la actividad económica, de lo contrario seguiremos navegando a ciegas y sin claridad.

 

Leiner Vargas Alfaro

www.leinervargas.com

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